Puesta en valor del yacimiento
En 1999 el Gobierno de Navarra incoó expediente para la declaración como Bien de Interés Cultural en la categoría de Zona Arqueológica el “Poblado de la Edad del Hierro de Las Eretas de Berbinzana”, mediante Orden Foral publicada el 14 de junio de ese mismo año en el Boletín Oficial de Navarra, protección legal con posterioridad anotada preventivamente en el Registro del Ministerio de Cultura.
Finalizada la investigación arqueológica de campo, en 1998 el Ayuntamiento de Berbinzana encargó un “Proyecto de Musealización y Puesta en Valor del Yacimiento Arqueológico de Las Eretas” que, a grandes rasgos, planificaba actuaciones en dos fases o líneas de trabajo diferentes: una primera en la que se iba a intervenir en las ruinas del poblado protohistórico que quedaban a la vista, así como en su entorno, y una segunda en la que se le dotaba de un mayor contenido social y educativo mediante la creación de un centro museístico anexo relacionado con este yacimiento y la cultura de la Edad del Hierro en el Alto Ebro. Esta misma institución encargó a una empresa especializada del sector turístico un Estudio de Viabilidad de las actuaciones previstas, que concluyó favorablemente. Para la ejecución de la primera fase se actuó en dos espacios netamente diferenciados: por un lado (1998) se creó un parque fluvial con embarcadero y merendero en el espacio comprendido entre el yacimiento y el cauce del río Arga y, por el otro (años 2000-2001), se intervino en las ruinas del poblado, procediéndose al drenaje integral de la parcela, la urbanización superficial del entorno, el control de las escorrentías, la consolidación de las ruinas (casas, muralla, calle y torres) y se dotó al yacimiento de un cierre de seguridad tanto del recinto excavado como de la parte que permanece intacta, que es susceptible en el futuro de ser estudiada con metodología arqueológica.
También se acometió el acondicionamiento de un itinerario de visita por las distintas partes y restos del poblado mediante un camino y pasarelas, jalonado de paneles informativos que lo explican sucintamente. Siguiendo el ejemplo de la investigación experimental y como medida pedagógica y de interpretación de la realidad histórica del pasado para el gran público se recreó in situ una de las viviendas del poblado y el tramo de la muralla y torre en los que se apoya por el fondo de la misma. Esta intervención se hizo simulando las mismas técnicas constructivas que la levantaron hace 2.500 años y utilizando los elementos y materiales que aconsejaba el estudio arqueológico del yacimiento, pero siempre tomando las precauciones para no borrar los restos arqueológicos originales y manteniendo el criterio ineludible de la reversibilidad de la actuación realizada.
